martes, 12 de enero de 2010

Lost (V)

Me acerqué a la puerta con temor...
-¿Sí???, dije.
-Abrime, plis, así saco algo de ropa para llevar para lavar.
Era ya de noche, las lavanderías no estaban abiertas y en el hotel Dom Fish las posibilidades de lavar una prenda no estaban previstas. A juzgar por la ropa que vestía la vieja-conserje.
-Pasá, flaca, pasá.
En esos casos uno no sabe si preguntar ¿Cómo te fue?, ¿Qué tal anduvo eso? o un seco pero impactante ¿YYYY?
Pero para no generarle mayor protagonismo sólo le dije:
-¿Vos dejaste ropa acá en mi pieza?
-No. Pero si querés lavar algo tuyo... yo lo lavo, de onda.
-No. Gracias. Aparte tengo todo casi sin usar, así que todo bien...
-Bueno...
-Bueno...
-¿Bueno qué?
-Bueno nada...
La miré como retirándola con la vista. Ella retrocedía hacia la puerta casi con miedo.
-¡No sabés lo que tengo previsto para mañana!!!! gritó con cierta alegría, mientras yo le miraba la boca como adivinando la cantidad de succiones que habría hecho la noche/día precedente.
-Todo bien, Viviana, pero mañana creo que... (no sé qué cosa dije, pero debería ser algo no creíble, del tipo "...todo indica que me dolerá una muela" o algo así).
-¡Compré dos... DOS pasajes para que hagamos la excursión del barco pirata!
La alegría era casi infantil. El hecho de que comprara dos pasajes me tranquilizó, más allá de su gesto de buena voluntad. Sobre todo porque no compró cinco, CINCO, para incluir a su harén masculino.
-¡Vamos... solos?
-Va mucha gente, Juan... muchísima... No sabés lo que es eso. Una amiga me contó que ahí se baila, se canta, todo...
¿Todo?
Me senté en una silla, al borde de la mesa-espejo, que tenía un viejo cuaderno Gloria con apuntes para una novela que nunca terminaré.
-¿Querés sentarte un poco?, le dije.
-Sí... estoy re cansada.
-...
-... Aparte esta columna...
-Debe ser... la humedad.
-No, loco, ¡no sabés lo que me pasó!
Tenía puesto un jean medio roto. De esos rotos por el fabricante. O tal vez por los dientes de Rogério. Arriba, una remera que no disimulaba sus minúsculas tetas. Tal vez chupadas por Júnior. Y unos dientes más blancos que nunca. Tal vez más blancos que nunca.
Miré el tomo 1 de la colección de historietas de Clarín (Mafalda), y dije como sin querer:
-Cogiste como una perra...
Como no me contestaba tuve que girar la cabeza y mirarla.
-¡Hay cada degenerado Juan!
-...
-La gente está muy loca.

No hay comentarios: