sábado, 2 de mayo de 2009

Hx01X2. El comienzo




El descubrimiento de una nueva variedad de la gripe del lemur originó caos en el aeropuerto. Desde los altoparlantes se pedía a los pasajeros que tomaran recaudos para no contagiarse: evitar todo tipo de contacto con lemures, no usar ropa confeccionada con piel de ese animal, no comer carne de lemur y, sobre todas las cosas, comprar la ropa antilemures confeccionada por la OMS. En el freeshop ya se vendían como pan caliente unas llamativas prendas de colores vivos que, en apariencia, contenían una sustancia preparada con orín de ornitorrinco y excrementos de iguanas. El olor fétido que despedía generaba no sólo el alejamiento del animal causante de la gripe sino de todo ser vivo. El costo de 50 dólares de cada ropa serviría para financiar el estudio de una vacuna para la nueva enfermedad.


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